2. Comprueba la presión regularmente
Una presión de aire baja no solo aumenta el riesgo de averías y accidentes, sino que también acorta la vida útil de tus neumáticos. La presión de aire ideal para tu automóvil se indica en los documentos del vehículo. Verifícalos con frecuencia y rellénalos cuando sea necesario. Esto reduce el desgaste de la superficie de rodadura y las partes internas del neumático. También puedes inspeccionar visualmente las superficies de rodadura al mismo tiempo. ¿Hay objetos extraños como clavos o astillas en el neumático? Quítalos con cuidado y verifica si la llanta permanece intacta.
3. Ajusta tu comportamiento al conducir
Cuanto más lento conduzcas, menor será la tasa de desgaste de sus neumáticos. Sobre todo, la aceleración rápida y el frenado repentino conducen a un mayor desgaste. También debes tener cuidado con los cambios de velocidad. Debes reducir la velocidad lenta y cuidadosamente. Esto hace que los neumáticos se compriman tanto como lo estarían a velocidades más altas.
4. Aparque con frecuencia
Para aquellos que creen que conducir menos protege los neumáticos, se puede decir lo siguiente: esto es solo parcialmente cierto. Incluso si no utilizas tu vehículo durante un período prolongado de tiempo, los neumáticos permanecen bajo carga. En última instancia, el peso siempre ejerce presión hacia abajo en el mismo lugar. El material se desgasta más rápido donde se ejerce más presión. En particular, los bordes de los bordillos pueden provocar daños. Si el neumático además estuviera en el bordillo, entonce la presión a la que estaría sometido sería particularmente severa.
Mueve tu automóvil de vez en cuando y ten cuidado con la acera. Moverlo unos pocos metros será suficiente para aliviar la carga de áreas específicas. Esto ayuda a prevenir los desequilibrios de las ruedas debido a la presión en un lado y a los puntos planos.
5. Guarda los neumáticos adecuadamente
Ya sean neumáticos de invierno o de verano, guárdalos en un lugar oscuro, seco y fresco donde sea posible. Sobre todo, no deben exponerse a la luz solar. Esto asegura que el material siga siendo flexible y no tenga grietas. Los neumáticos sin llantas deben almacenarse colgando o de pie. Las ruedas completas también se pueden almacenar acostadas de lado.